La dermatitis Atópica es un eczema crónico de la piel cuya característica principal es el eczema y el picor provocado por la sequedad cutánea extrema. Debuta en la primera infancia y afecta a casi el 20 % de niños menores de cinco años. Se relaciona con una alteración genética que impide que la piel esté siempre bien hidratada, ya sea de manera general o en zonas muy típicas de la dermatitis atópica.

Suele evolucionar favorablemente con el tratamiento adecuado y desaparece alrededor de los 7 años, si bien alrededor de un 3 % persiste en la edad adulta.
Suele relacionarse a otras patologías: bronquitis, bronquiolitis, asma bronquial, rinitis, alergias a los ácaros, gramíneas, pelo de animales y con ciertas alergias o sensibilidad a determinados alimentos: frutos secos, fresas, plátano, lactosa… Puede ser hereditario, afectando a varios miembros de la familia. La dermatitis atópica empeora en otoño e invierno y mejora en verano.
¿Cuáles son los síntomas de la piel atópica?
Suelen variar, dependiendo de la edad del paciente en el momento de su aparición y de la intensidad de afectación de la superficie cutánea. Sin embargo, hay unos síntomas comunes que orientan acerca del diagnóstico: el picor y escozor a veces insoportables y la sequedad cutánea.
Debido al intenso rascado para intentar aliviar el picor, en muchas ocasiones puede sobre infectarse aumentando así las lesiones y las molestias típicas de la dermatitis atópica.
Afecta sobretodo a los grandes pliegues: la cara interna de los codos y detrás de las rodillas. Si no se empieza tratamiento de manera precoz, va afectando otras zonas cutáneas: cuello, tronco, miembros superiores e inferiores, manos y pies. La piel puede estar más gruesa en distintas zonas por el rascado repetitivo, agrietada y con descamación originándose costras de diferentes tamaños.
En los adultos suele afectarse principalmente el cuello, dorso de las muñecas, dedos y áreas interdigitales, detrás de las rodillas, tobillos y dorso de los pies.
¿Tiene tratamiento la dermatitis Atópica? ¿Cómo se trata?
Va especialmente dirigido a hidratar la piel. Por lo tanto, debe usarse siempre jabones o geles de baño muy suaves a base de aceites para mantener la superficie cutánea en condiciones óptimas de hidratación y elasticidad. Aplicar loción hidratante por todo el cuerpo una o dos veces al día.
Si hay mucho picor y lesiones de rascado, será preciso una crema con un corticoide suave y a veces hay que añadir crema con antibiótico y por vía oral dar al mismo tiempo un antihistamínco a las dosis adecuadas a la edad del paciente.
En casos de mayor afectación o no respuesta a los tratamientos básicos habituales, puede ser preciso el uso de corticoides tópicos de menor a mayor intensidad según la respuesta o inmunomoduladores tópicos,.
Cuando implica a áreas extensas del cuerpo o no hay mejoría, se utiliza tratamiento sistémico: fototerapia o incluso medicamentos inmunosupresores.
Los glucocorticoides por vía oral, metotrexate, ciclosporina, anticuerpos monoclonales como el dupilumab son otras opciones a tener en consideración, según la gravedad y frecuencia de aparición de los brotes.
Todos los tratamientos médicos, tanto tópicos como sistémicos deben ser prescritos por el dermatólogo y/o por el pediatra. Incluso hay tratamientos de administración hospitalaria en los casos graves o sin respuesta evidente.
Hay que eliminar todas las posibles causas desencadenantes: utilizar ropa de algodón eliminando la que lleve fibras sintéticas o lana y evitar los alimentos que puedan agravar el eczema (leche de vaca, frutos secos, plátano, fresas…).
En la consulta de la Doctora Lola Bou de Barcelona, somos especialistas en el diagnóstico y tratamiento de la Dermatitis Atópica así como otras patologías relacionadas con la dermatología.