Partimos de la base que la vida en nuestro planeta sin el sol, sería imposible. Pero también se ha demostrado que el exceso de exposición a las radiaciones solares de manera incontrolada y sin utilizar ningún tipo de fotoprotección, puede ser motivo de alteraciones cutáneas de modo inmediato y lo que es peor a largo plazo.
En general, tener la piel bronceada se asocia a bienestar, salud, poder económico, belleza, vacaciones, deporte y vida al aire libre, pero la realidad de sus consecuencias negativas es muy distinta.
El aumento de la pigmentación de la piel no es más que un mecanismo de defensa contra la agresión que significa el exceso de exposición solar.
Los efectos negativos del sol pueden presentarse casi de manera inmediata o aparecer al cabo de los años como efecto de todas las horas pasadas al sol y de acumulación de las radiaciones ultravioletas.
Ciertamente, algunas de las afecciones cutáneas más comunes pueden mejorar por ejemplo la psoriasis, algunos tipos de acné y la dermatitis seborreica. Pero esto no debe hacernos olvidar que es muy importante protegerse del sol y de esta forma evitar tener problemas cutáneos.
Si no se siguen una serie de medidas preventivas ya el primer día que se toma el sol puede aparecer de manera inmediata enrojecimiento, quemadura solar, deshidratación, alergia… Años más tarde cuando los efectos negativos se van acumulando aparece de manera progresiva el envejecimiento precoz o fotoenvejecimiento, arrugas, manchas, léntigos, lesiones precancerosas y cáncer de piel.
Tipos de piel y protección solar
El color de la piel está genéticamente condicionado (factores hormonales y hereditarios) pero puede ser modificado por factores externos, como son los climáticos, geográficos, polución, etc.
Según la intensidad del color más claro o más oscuro y su respuesta a la exposición solar, la piel se clasifica en 6 fototipos cutáneos diferentes según Fitzpatrick:
Tipo 1: Piel muy blanca, cabello pelirrojo, ojos verdes o azules, nunca se broncean y se ponen muy rojos o se queman siempre que se exponen al sol.
Tipo 2: Piel muy clara y ojos claros. Si están mucho tiempo al sol, pueden broncearse un poco, pero se queman con facilidad.
Tipo 3: Piel clara, cabello castaño. Se broncean adquiriendo un color dorado.
Tipo 4: Piel clara o ligeramente pigmentada con cabello y ojos oscuros. Se broncean fácilmente y casi nunca se queman aunque permanezcan muchas horas al sol.
Tipo 5: Piel oscura, de países de Centro y Sudamérica. Nunca se queman, se broncean rápidamente y les dura mucho tiempo.
Tipo 6: Raza negra. Nunca se queman y están totalmente protegidos de las radiaciones solares.
Rayos ultravioletas del sol
Los tipos de radiación solar o radiaciones ultravioleta (RUV) a tener en cuenta son las radiaciones A (UVA) de longitud de onda entre 320 y 400 nanómetros que llegan directamente a la tierra, penetrando profundamente en la piel, hasta la dermis y son reponsables de la pigmentación y también del envejecimiento y de las fotosensibilizaciones. Las radiaciones B (UVB) e longitud de onda de 280 320 nanómetros. Son las responsables de que la piel se ponga roja, de las quemaduras y del daño celular que aparece años más tarde. En condiciones normales las radiaciones UVB son absorbidas por el ozono y el oxígeno de la atmósfera. Se calcula que hay una pérdida del 8% de ozono cada 10 años. Un descenso de ozono del 1% aumenta el efecto de los UVB en un 1,5%. Las radiaciones C, de menos de 280 nanómetros que debido al descenso de la capa de ozono, pueden potenciar los efectos negativos de las UVB. Las radiaciones infrarrojas (IR) pueden aumentar los efectos negativos de las otras, además de tener energía calorífica fuerte.
Filtros solares
Cuanto más claro es el color de la piel, más protección necesita, es decir hay que utilizar filtros de índice muy alto y aplicarlo más a menudo cuando se está al aire libre o en horas de máxima radiación solar, entre las 10 y las 16 horas. Cuando el día está nublado, el riesgo de quemarse es mayor ya que todo el mundo piensa que el sol afecta menos, pero ocurre todo lo contrario: son los días peores ya que los RUV atraviesan las nubes y queman la piel.
Los filtros solares juegan un papel fundamental en la protección cutánea. Son productos cosméticos que se aplican directamente sobre la superficie cutánea, para disminuir los efectos nocivos de las radiaciones sobre el cuerpo humano. Pueden actuar como pantalla entre el sol y la piel impidiendo el paso de los rayos solares. En este caso, hablaremos de filtros físicos y son los que más se usan para los niños. También existen los filtros químicos que actúan absorbiendo, reflejando y dispersando la luz solar.
Hasta hace relativamente pocos años se usaban más los químicos. Pero debido al avance continuo de la dermocosmética, hoy en día disponemos de filtros físicos muy bien conseguidos y cosméticamente son casi perfectos, es decir: no manchan la ropa, muy hidratantes, agradables de aplicar, no sensibilizantes y ofrecen fotoprotección muy alta.
Normativa Europea de Filtros Solares
Desde 2008 hay unas normas europeas que obligan a mostrar unos símbolos en las etiquetas de los filtros solares, para dar a conocer sus propiedades y que todo el mundo debería conocer antes de aplicarlos. Así pues, sólo se debe comprar los filtros que lleven la información siguiente:
FPS o SPF (Factor de Protección Solar): Indica la protección frente a los rayos UVB. Su número significa el tiempo que se puede permanecer bajo el sol protegido. Cuanto más alto, mayor protección. Lo mejor es utilizar de alta protección o FPS 30 y mejor aún muy alta protección FPS 50+, 90 o 100.
UVA : Indica que también protege de los UVA por lo menos un tercio de la protección de UVB.

INCI (Nomenclatura Internacional de Ingredientes Cosméticos): Corresponde al listado de todos los ingredientes que componen el fotoprotector ordenados de mayor a menor cantidad.
PAO (Period After Opening): Debe llevar siempre la fecha de caducidad del filtro una vez que se ha abierto el envase. Habitualmente es de 6 a 12 meses.

SIG (Sistema Integrado de Residuos y Envases): Este símbolo significa que el envase puede ser reciclado y debe depositarse en un contenedor amarillo.

En la consulta de la Doctora Lola Bou de Barcelona podemos ayudarle en el diagnóstico y tratamiento de los efectos en la piel provocados por las radiaciones solares, así como otras patologías relacionadas con la dermatología.