La piel me habla, tu piel dice

Hace 7 años Victor-M. Amela me hizo una una entrevista en La Contra de La Vanguardia, cuyo titular destacado fue mi respuesta a una de sus preguntas. Le dije: «La piel me habla»

A muchos lectores les impactó esta frase y recibí gran cantidad inputs positivos sorprendidos e incluso intrigados por su significado, pero es una realidad: la piel nos dice mucho de cualquier persona si sabemos observar, escuchar y pensar. 

Y es que es cierto. La piel nos habla a los dermatólogos. A través de su apariencia, color, grosor, textura y todas sus cualidades físicas y organolépticas, nos permite diagnosticar las enfermedades cutáneas, poder tratarlas y hacer un seguimiento de su evolución. 

Y algo que la mayoría de la gente ignora, es que, gracias a la piel que es el órgano más grande del cuerpo, es posible conocer enfermedades internas cuyos primeros síntomas son cutáneos, o bien poder hacer una valoración de enfermedades internas de difícil diagnóstico.  

Por esto la Dermatología es tan apasionante y tan difícil al mismo tiempo. Cada día, cada paciente es un reto para los dermatólogos. A través de pequeñas señales, o de la observación de las uñas, o del color de la conjuntiva ocular por ejemplo, podemos saber que el paciente sufre de una enfermedad cardíaca, o alteraciones renales o de una carencia vitamínica.

El lenguaje de la piel

El acné puede ser un síntoma de alteraciones hormonales o de presencia de quistes ováricos, la alopecia puede indicarnos que hay una anemia, o un mal funcionamiento hormonal o estar relacionada con hiper o hipotiroidismo, o ser una cuestión genética o hereditaria entre otras de sus múltiples causas.

El número y disposición de las arrugas, puede indicar un envejecimiento precoz o foto-envejecimiento como consecuencia de haber pasado demasiadas horas al sol buscando el bronceado. Igualmente podemos intuir el estado de ánimo, o incluso advertir un alto grado de timidez, o de diferentes complejos, aunque no lo verbalice explícitamente en la consulta. 

Hay algo que sorprende mucho a quien lo tiene cuando se lo mencionas. Un tipo de manchas parduzcas con una determinada disposición en la parte alta de la espalda, confirman que el paciente sufrió una quemadura solar cuando era niño.

Las características de las lesiones pigmentadas, pecas o lunares, aparentemente benignas nos pueden alertar de la posibilidad de un cáncer de piel, al igual que podría serlo un pequeño «granito» que no acaba de curar nunca.

En ocasiones una urticaria generalizada, o unas ronchas en las palmas de las manos y/o en las plantas de los pies son síntoma de una sífilis secundaria, lo que no deja de sorprender al paciente portador de esta enfermedad de transmisión sexual.

Los dermatólogos tenemos que ser muy observadores, captar rápidamente todos los detalles por pequeños que sean y saber relacionarlos con los procesos patológicos ya sean muy visibles o poco aparentes, sin descartar ningún elemento, por simple que pueda parecernos. Es un entrenamiento continuo que debemos ejercitar todos los días y siempre con cada uno de nuestros pacientes y que hacemos desde el inicio de nuestra formación como residentes en el hospital.

Asimismo, debemos tener una gran memoria fotográfica para poder relacionar todo lo que vemos al explorar un paciente, con otras lesiones similares que hayamos visto con anterioridad, aunque hayan pasado muchos años de la observación previa. 

Y todo esto, sin olvidar que es muy importante escuchar lo que nos cuentan los pacientes o lo que responden a nuestras preguntas cuando realizamos su historia clínica. Cualquier detalle que nos cuenten por pequeño que sea, puede ser clave para conocer la enfermedad que padece y hacer el diagnóstico correcto.

Recientemente la Academia Española de Dermatología (AEDV) ha iniciado una campaña visual, informativa y de concienciación para poner en valor el papel del dermatólogo en la prevención de la salud de la piel sana y de la piel enferma.

El leif motiv de esta campaña es: «Tu piel dice».

La piel es un órgano vital en el que queda reflejado todo lo que le ocurre a un paciente ya sea desde el punto de vista físico como emocional. Y esto es lo que se quiere transmitir desde este proyecto a nivel nacional, para todo el público general y de cualquier edad. Desde aquí me uno a la difusión de este video con cuyo lema estoy completamente de acuerdo desde siempre. Como ya he manifestado en muchas ocasiones anteriormente, la piel me habla.