Mi experiencia con los pacientes que quieren o deben eliminar sus lunares

Hay una serie de preguntas que mis pacientes siempre repiten: ¿es peligrosa esta verruga? ¿tengo que quitarme este lunar? ¿por qué tengo tantas pecas en mi cuerpo? A todas las manchas de color marrón o parduzco las llaman de cualquiera de estas tres formas, pero no forman parte del léxico médico. 

Sin embargo, los dermatólogos hablamos siempre de nevus como lesión básica y luego les ponemos el apellido: epidérmicomelanocítico, compuesto, juntural, displásico, congénito, adquirido, etc., que es lo que nos indica su significado o la necesidad de extirparlo o no. + info

Nevus-melanocítico

¿Por qué salen los nevus?

Desde el inicio de mi carrera profesional me ha interesado de manera especial la evolución de los nevus. Lo que más me inquietaba era conocer porque hay tanta gente que tiene muchas lesiones pigmentadas en su cuerpo. Y también todo lo contrario: porque hay personas que apenas tienen o incluso no tienen ninguna.

Otro motivo de intriga es valorar las circunstancias que pueden influir en su desarrollo o en su crecimiento. Y lo más esencial, que consecuencias pueden tener sobre nuestra salud.

Hay lunares o nevus que se tienen casi desde el nacimiento, o bien aparecen en escaso número. Van aumentando con el paso de los años pudiendo llegar a sumar un gran número de lesiones. Hablaremos de nevus congénitos a los que ya están presentes en el momento del nacimiento o bien aparecen antes de los dos años de edad. Los nevus adquiridos son los que aparecen después de los dos años

¿Cuántos tipos de nevus existen?

No todos tienen porque ser iguales, ni en forma ni en tamaño, ni en número. Algunos son lisos, otros ligeramente elevados. Algunos son redondos, otros son irregulares. Incluso podemos verlos de diferentes tonos de color: desde más claros hasta muy oscuros.

La disposición de las lesiones es única para cada persona. Aunque en ocasiones los pacientes cuentan que tienen un “lunar” exactamente igual y en el mismo sitio que uno o más familiares cercanos suyos. La experiencia nos enseña que puede ser muy parecido, pero rara vez absolutamente superponible.

El análisis de todas las características clínicas, la evolución y la localización de los nevus o lunares debe hacerse en todos los casos. Así se puede valorar cual es la actitud a seguir tanto por parte de los pacientes como por parte del dermatólogo que hace la valoración de la situación. + info

¿Cómo se tratan los nevus?

La mayoría de estas lesiones cutáneas no precisan tratamiento ya que se trata de alteraciones del sistema pigmentario benignas en un porcentaje altísimo de casos. Sin embargo, debemos explicar muy bien a los pacientes cual es su diagnóstico clínico, si observamos lesiones de riesgo y que precauciones deben tomar en el caso de ser necesarias.

En ocasiones, estas lesiones pigmentadas pueden llegar a ser una “bomba de relojería”, pasando de ser una lesión banal a transformarse en un tumor maligno tipo melanoma que debe ser detectado y tratado lo más precozmente posible. Asimismo, el melanoma también podría ser de aparición primaria, sin ninguna alteración previa.

En conclusión, teniendo en cuenta que casi nunca dan síntomas llamativos, todas aquellas personas que tengan lunares o nevus en su cuerpo o que observen un cambio en su morfología habitual, deben consultar con su dermatólogo

Una vez realizada la historia clínica, la exploración física y en muchos casos el estudio dermatoscópico digital, se puede determinar cada cuanto tiempo se debe consultar de nuevo. También si es precisa la extirpación de alguna lesión con características de malignidad o de transformación futura. + info

En general con una vez al año suele ser suficiente para conseguir una vigilancia eficaz. De esta forma, si se observa una lesión sospechosa puede tratarse de manera inmediata.

En todos los casos, siempre se debe ser muy cauto con la exposición solar para evitar posibles cambios en las lesiones que puedan significar transformación celular de riesgo o malignización.